Perdido en la transformación – Pastor Liz

Sed et lacus quis enim mattis nonummy

Romanos 14: 7-12 Y es que nadie vive para sí, ni nadie muere para sí,8 pues si vivimos, para el Señor vivimos, y si morimos, para el Señor morimos. Así que, ya sea que vivamos, o que muramos, somos del Señor. 9 Porque para esto mismo Cristo murió y resucitó: para ser Señor de los vivos y de los muertos.

 

10 Así que tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? ¡Todos tendremos que comparecer ante el tribunal de Cristo! 11 Escrito está:
«Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, Y toda lengua confesará a Dios.»
12 Así que cada uno de nosotros tendrá que rendir cuentas a Dios de sí mismo.

 

Oremos. Señor misericordioso y amoroso, gracias por este día que has hecho, regocijémonos y alegrémonos en él. Agradezcamos que podemos venir a este espacio y tener la oportunidad de escuchar lo que tienes para nosotros hoy. Señor Dios, de nuevo te pedimos que abras nuestros oídos, corazones y mentes para recibir tu palabra y, por favor, Señor, disminuidme para que puedas aumentar y proclamar tu palabra. Oramos estas cosas en el nombre de Jesucristo, nuestro Señor y Salvador. Amén

 

El pueblo de Cristo se ha perdido en la transformación

 

La mayoría de nosotros probablemente estemos familiarizados con la terminología “perdido en la traducción.” A menudo, cuando las palabras y frases se traducen de un idioma a otro, la traducción de las palabras o frases puede cambiar de su significado original, especialmente si la frase se traduce de nuevo.

 

A medida que continuamos discutiendo lo que significa ser transformado y tener una mente renovada, he estado reconociendo y dándome cuenta de que la iglesia, más bien el pueblo de Cristo, se ha perdido en la transformación. Desde el mismo día en que decidimos venir a la iglesia por nosotros mismos, muchas veces en busca de una verdadera relación con Cristo, nuestro redentor, nos atrincheramos y nos sumergimos en asistir a la iglesia. Y fácilmente puede perder de vista por qué vinimos en primer lugar. Nos ocupamos de hacer “cosas” en comparación con estar ocupados en aprender quién es Cristo para nosotros. Entonces, el tema de nuestra conversación hoy es lo que es perderse en la transformación.

 

Nuevamente, miramos el texto de Romanos. El apóstol Pablo está hablando con la iglesia en Roma que consiste de judíos y gentiles que regresan, y les enseña cómo llegar a ser un cuerpo unido. Él observa que la condición humana, en todas sus formas naturales, a menudo está marcada por los caminos del mundo. Por lo tanto, y por lo general, luchará duro para derribar a aquellos que no “pertenecen” por ritual o tradición.

 

Incluso la iglesia de Roma se había vuelto de naturaleza tribal con la iglesia atrapada en las garras del racismo o la identidad cultural entre los judíos y los gentiles, con el denominador común de que todos eran humanos. A menudo desafío a los estudiantes en mis clases de estudio bíblico con el concepto de que, en base a todo, estamos obligados a creer en Dios. Si somos amantes de Dios, eso es todo lo que importa, no importa lo que crean los demás. Lo que más importa es que los amamos porque ellos también son parte de la creación de Dios.

 

En 1965, Jackie DeShannon grabó una canción titulada “Lo que el mundo necesita ahora es amor.” Y dice que lo que el mundo necesita ahora es amor, dulce amor, es lo único de lo que hay muy poco. Lo que el mundo necesita ahora es amor, dulce amor, no solo para algunos sino para todos. Y reitero “Lo que el mundo necesita ahora es amor, dulce amor, no solo para algunos sino para todos.”

 

Y el desafío en estos días es que si la persona sentada a su lado (cuando está sentado en la iglesia o incluso cuando está mirando la pantalla de zoom) se ve como usted, no está lo suficientemente amando. Significa que hemos aceptado esta mentalidad de tribalismo que han creado los sistemas del mundo aquí en la tierra.

 

Para amar a todos, necesitamos ver a los individuos cómo ellos mismos y aprender quiénes son y cuál es su composición. No solo el por qué están aquí, sino también lo que les costó llegar. Sus experiencias culturales, experiencias familiares y, por supuesto, sus experiencias de vida. Y luego amarlos.

 

Ser transformado significa tener una mente y un espíritu renovado. Donde nuestras almas pueden reconocer otras almas y pueden identificar el corazón de una persona. Cuando aprendemos a ver a todas las personas con calma, como si fueran nuestras, entonces somos transformados.

 

Verá, la iglesia se ha perdido en la transformación, porque nos sentimos bastante cómodos yendo a la iglesia todos los domingos y sentados en los bancos con personas que se parecen a nosotros. Somos transformados cuando podemos ir a los refugios para personas desamparadas y los comedores comunitarios, o al YMCA local o al Club de Niños y Niñas (Boys and Girls Club) y dirigir un grupo de oración, donde podemos sentarnos y orar juntos tomados de las manos, entendiendo que todos somos igualmente humanos. Eso es lo que significa vivir en su transformación.

 

Esta conversación no es nueva para nosotros pero todavía nos resulta incómodo responder. ¿No es interesante cómo se han cerrado las puertas de la iglesia, por lo que no podemos entrar al edificio? Pero ¿eso significa que Cristo fue crucificado nuevamente y que la iglesia está muerta? ¡No! Al contrario. Cuando se cerraron las puertas de la iglesia, fue cuando se abrieron los corazones del pueblo de Cristo.

 

Cuando se cerraron las puertas de la iglesia, fue entonces cuando la iglesia entró en misión en su campo de ministerio. Cuando se cerraron las puertas de la iglesia, fue entonces cuando la iglesia luchó contra el racismo sistemático y la opresión sistemática, y fue cuando los propios sistemas de este país comenzaron a desmoronarse.

 

Al igual que los judíos y los gentiles de la iglesia de Roma, para que podamos convertirnos en una iglesia hospitalaria, tenemos que prepararnos verdaderamente para aceptarnos unos a otros como creaciones de Dios. Mientras continuemos colocando a otros en categorías, no llegaremos a un lugar de unidad en absoluto. Nuestro llamado a ser transformados es un llamado a aceptarnos los unos a otros; o sea, más que a tolerarnos.

 

Cuando en la iglesia hablamos de esto como una nueva normalidad, es un testimonio de que estamos perdidos en la transformación. Significa que nos hemos vuelto complacientes en cómo eran las cosas. Hoy estoy aquí para desafiarlos, amados, para que como pueblo transformado, seamos renovados en nuestras mentes y sepamos que Dios abrirá un camino, incluso cuando no haya camino. No hay nada que no podamos hacer con Cristo a nuestro lado. Podemos hacer lo imposible, si realmente creemos. Solo tenemos que ser creativos, ser audaces y tomar riesgos.

 

Entonces, ¿está listo para una transformación? ¿Está despierto ahora y lista para ser renovada? Porque el momento es ahora. Usted es indispensable. Por lo cual, debe sumergirse profundamente en su fe. Esto lo hace aprendiendo quién es Cristo por si mismo. Siempre comienzo con las dos cosas más fáciles que puede hacer usted mismo sin ninguna necesidad de ayuda; siéntese, calle y hable con Dios. Eso es una oración. No es necesario utilizar ninguna fórmula o palabras extravagantes o incluso conocer las Sagradas Escrituras. Simplemente siéntese, calle y dialogue con Dios como si estuviera hablando con su mejor amigo. No se necesita ninguna dirección, no hay consecuencias negativas por entrar en conversación. Como amado de Dios, no se expone a ningún riesgo personal.

 

Entonces, como siempre les animo, lea la palabra de Dios. Tome una Biblia, de hecho, tome su teléfono, hay tantas aplicaciones de la Biblia en su teléfono o en la computadora, y simplemente sumérjase. Empiece donde quiera. En el Nuevo Testamento, el Antiguo Testamento, San Marcos o incluso en Génesis. Si nota que está perdiendo la atención o se está perdiendo, deténgase y vaya a otro libro u otra página.

 

Luego, busque a alguien con quien pueda hablar al respecto. Dígales que está aprendiendo más sobre Cristo. Dígales que está aprendiendo más sobre usted mismo y pídales que lo acompañen en caso de que tenga preguntas. ¿Y adivine qué? Es posible que ellos también tengan preguntas y ahora ya no está en estudiando solo o sola. Y ¿sabe qué es lo hermoso? Usted puede hacer esto mientras practica el distanciamiento social, pueden llamarse por teléfono, pueden hablar entre sí por zoom, pueden hacer FaceTime, o incluso usar Marco Polo y luego, es casi en tiempo real. Las oportunidades para conversar son infinitas.

 

Y luego involúcrese en el servicio, no en el servicio de la iglesia, sino en servir a sus hermanos y hermanas que están en necesidad porque nunca sabemos, algún día podría ser nosotros que necesitamos una mano de solidaridad. Ahora hay tantas cosas que puede hacer. Participe en los ministerios de alimentación, ayude recogiendo tapas de botellas, hable con los que ve pidiendo limosna todos los días a la salida de las carreteras. De hecho, prepare un paquete de ayuda, que pueda entregar a las personas desamparadas y guárdelo en su automóvil para que no se sienta culpable por no dar dinero o comida. Participe en la tutoría de un joven, o en el voluntariado en alguna organización local. Usted es indispensable.

 

No nos quedemos perdidos en la transformación, sino renovémonos en espíritu y mente y mostremos cómo podemos transformarnos juntos. Podemos vivir esta transformación cómo practicantes cristianos a medida que practicamos nuestra fe todos los días de nuestra vida. Con una mente renovada vienen los frutos de la justicia, la paz, el amor, el gozo y la reconciliación. Amados, esta es la palabra de Dios para el pueblo de Dios. Gracias a Dios.

Leave a Reply

Your email address will not be published.